Ha sido una gran decepción, que
se veía en las caras de los protagonistas a través de la televisión. Y en las
caras de la gente en la Puerta de Alcalá. Incluso, por dentro, cada uno de
nosotros hemos sentido que algo interesante se nos perdía.
Nos hemos quedado sin sueño...
¿Nos hemos quedado sin sueño? No!. El sueño permanece, tiene que permanecer.
Aunque se haya alejado hasta Tokyo.
Nuestro sueño de formar personas
íntegras, con las máximas posibilidades, felices, alegres, con espíritu de
esfuerzo... tiene que permanecer sin desdibujarse.
Cuando llegue Tokyo 2020, serán
los universitarios, los profesionales, incluso los deportistas que estarán
haciendo un mundo diferente.
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